July 4, 2018 | Ahora Sí Austin American-Statesman
La monstruosidad de la presidencia de Trump nunca ha sido más obvia que hoy. Muchos políticos republicanos, quienes han aguantado a Trump durante tantos actos de racismo, misoginia y engaño, ya no soportan su última digresión.
La política despiadada de ‘cero tolerancia’ de Trump ha resultado en un horror inimaginado en un país civilizado. Durante los últimos dos meses, aproximadamente 2,400 niños fueron arrancados de los brazos de sus padres migrantes que huían de la violencia en Centroamérica en busca del refugio.
Estos niños aterrados han sido ubicados en campos de detención donde viven como prisioneros. Resulta desgarrador ver al padre, quien hizo todo lo posible para que su familia no fuera separada, llegar a un punto tal de desesperación y desesperanza en un centro de detención que se quitó la propia vida. Una grabación reciente de los lamentos de niños atemorizados suplicando por “mamá” y “papá” desgarra el corazón.
Como respuesta a la extensa oposición a su política de cero tolerancia, Trump firmó una orden ejecutiva para terminar con la separación de niños y sus padres.
Sin embargo, este mandato exige la detención de niños con sus padres por un tiempo extenso, más allá del límite de 20 días de detención en el caso de los niños. Además, Trump quiere terminar con el debido proceso para todos migrantes que llegan a la frontera sur y regresarlos inmediatamente. Esta es la locura de un déspota tal como los héroes dictadores a quienes idealiza.
Trump no ve a estos niños y a sus padres como seres humanos reales. Para él, ellos son unos infrahumanos que son criminales, asesinos y violadores. Es fácil destruir las vidas de la gente cuando los ves como animales. Los dueños de los esclavos subastaban despiadadamente a seres humanos y separaban sin piedad a padres e hijos. Los nazis destruían a las familias judías y masacraron implacablemente a seis millones de judíos. Estos villanos dormían en paz porque no consideraban a sus víctimas como seres humanos.
La estimada estadista, Madeleine Albright, en su libro Fascism: A Warning (el fascismo: una advertencia) ofrece mucha sabiduría sobre las condiciones que han producido regímenes fascistas históricamente. A Albright le preocupa el aumento potencial del fascismo en nuestro país, dada la regularidad con la que Trump promueve políticas anti-democráticas. En las últimas semanas, Trump se ha aislado más y más de nuestros aliados del Oeste, mientas mima y adula a otro dictador malvado más, esta vez, a Kim Jong-un, el líder de Corea del Norte. Y, más recientemente, Trump terminó con la membresía de Estados Unidos en el Concejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. La separación de los niños de sus padres disminuye aún más la posición del país en el foro internacional sobre derechos humanos.
Albright ofrece sugerencias sobre lo que tenemos que hacer para oponer la amenaza del fascismo. Ella enfatiza que para preservar nuestra preciada democracia, tenemos que recordar las lecciones históricas y nunca podemos dar por hecho la democracia. Albright subraya que tenemos que defender la libertad y exponer las mentiras. Por último, ella argumenta que los demócratas y los republicanos deben de colaborar para hacerle frente a los desafíos a la democracia.
La extensa organización de voces y fuerzas contra la maliciosa separación de niños de sus padres en la frontera representa una señal de esperanza. Debe haber cero tolerancia hacia la crueldad y la violación de los derechos humanos básicos y para los líderes que lo instigan.
Sáenz es decano de la Facultad de Políticas Públicas de la Universidad de Texas en San Antonio.
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